Tú,
ese
al que intuyo
entre
bostezos de rimas
y
versos descompuestos.
Tú,
que
me hablas
de
pasadizos secretos
que
conducen a la dicha.
Tú,
que
miras al cielo
con
la curiosidad
del
niño que despierta.
Tú,
que
me destapas
las
ganas de mirar
en
dirección a tus latidos.
Tú.
Yo.
Instantes.
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