martes, 12 de agosto de 2014

En la sala de espera


En la sala de espera







Podría seguir jugando
a dibujar tu piel
con la punta de mis dedos
sobre un lienzo de aire,
castillos de papel
y sueños nómadas.


Podría seguir planeando
cada uno de los pasos
que me acerquen a tus costillas,
donde guardas lo bueno.
Lo perecedero.
La sal. La hoguera.



Podría seguir recreando
cada palabra,
cada acento,
y construir con ello mi universo,
donde plantar semillas de luz
de deseos inmortales.



Podría seguir escribiendo:
llenaría páginas de ganas y palabras
con el único fin de alcanzarte,
de tocar alguna de tus fibras escondidas,
de encender alguna bombilla,
y que fluya la imaginación.










martes, 5 de agosto de 2014

Manías.










Esa tendencia tan repetitiva
a crear muros de leyes,
normas,
reglas,
para protegernos
de un riesgo que ni siquiera
podemos tocar.



Esa manía tan nuestra
de forjar una máscara,
y escondernos
detrás,
con el único fin
de seguir caminando
sin mirar.


Esa forma absurda
de esquivar
las miradas,
los cruces,
las palabras,
los alientos,
por no querer ir más allá.


Aunque sepamos
que detrás de la puerta
encontraríamos
la respuesta
a todas las preguntas
que hoy
nos impiden desaprender
y reeducarnos.

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