martes, 12 de agosto de 2014

En la sala de espera


En la sala de espera







Podría seguir jugando
a dibujar tu piel
con la punta de mis dedos
sobre un lienzo de aire,
castillos de papel
y sueños nómadas.


Podría seguir planeando
cada uno de los pasos
que me acerquen a tus costillas,
donde guardas lo bueno.
Lo perecedero.
La sal. La hoguera.



Podría seguir recreando
cada palabra,
cada acento,
y construir con ello mi universo,
donde plantar semillas de luz
de deseos inmortales.



Podría seguir escribiendo:
llenaría páginas de ganas y palabras
con el único fin de alcanzarte,
de tocar alguna de tus fibras escondidas,
de encender alguna bombilla,
y que fluya la imaginación.










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