Porque
confío en que, a veces,
la
respuesta sencilla es la correcta,
la
intuición es cristalina como el agua,
la
suerte se esconde detrás de una mirada,
la
música también usa los silencios como arma,
la
distancia es simplemente una palabra,
vacía,
sucia y sin esencia.
Porque
quiero
dar
de baja a las suposiciones
y
confiar en las certezas,
regalar
mi confianza
a
quien cumpla los requisitos para merecerla
abrigarme
con nuevos sonidos,
que
me inyecten vida en vena,
dejarte
espacio y que lo tomes
poco
a poco.
Porque
me atrevo
a
recitar mis defectos en voz alta,
y
preguntar por los tuyos, sin juzgar;
a
despegar los pies del suelo
- aunque
sea unos minutos: lo prometo-.
A indagar, libre, en tus llagas
con
la simple intención de trazar
el
mapa de tu vida,
firmado
con mi nombre, en una esquina.
Por
eso,
y
por todos esos motivos
que
aún no he contado,
te
dejo entrar
a
esa habitación de mi misma
donde
ni siquiera yo he estado:
supongo
que esperaba que llegases
y
me cogieses de la mano:
aún desconfío
de
mi lado fértil.