lunes, 9 de noviembre de 2015

Árboles.










Se me escapa el aire entre los dedos.
Las palabras revolotean, inquietas,
dibujando una órbita espiral
alrededor de mis entrañas.



Sin negociar sus movimientos,
me lanzan preguntas
en dirección al esternón:
¿Por qué tú?
¿Por qué yo?
¿Por qué ahora?



Sorprendida,
abierta a la conquista de mí misma,
cruzo los dedos,
esperando que las respuestas
caigan por el propio peso
de tu mirada tierra.



Rezando
por tener agua suficiente
en el pozo de mis ventrículos,
y regar con ella una semilla nueva
-quizás- con tu nombre,
árbol de vida. 


















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jueves, 5 de noviembre de 2015

Tengo ganas.











Tengo ganas de celebrar fiestas de no cumpleaños
como mínimo, tres veces por semana.


Tengo ganas de echar la siesta en tu pelo
mientras usamos el sol como manta.


Tengo ganas de gritar a los pájaros
que contigo cerca, vuelo más alto que ellos.


Tengo ganas de sentir que el mundo
es tuyo, mío, nuestro,
en un abrir y cerrar de ahoras.


Tengo ganas de tropezarme con tus lunares
y pedírselos prestados a tu piel,
para llevarlos hasta la mía.


Tengo ganas de llenar de versos un nuevo diario
en blanco,
con tu historia, tus manías más tontas,
y mis vicios escondidos en el último rincón de la tripa.


Tengo ganas de perderme en círculos
por las calles de tu imaginación;
de hacerme la valiente
hasta creer que lo soy
y dejar atrás todos los juicios ajenos.


(Te) tengo ganas.