Eres una constelación de ideas
bendecidas por el momento presente.
Una sala llena de ventanas abiertas
por donde la luz de sol
ilumina tus vestiduras blancas.
Latido invencible
que se busca a sí mismo
y se encuentra en el silencio
de su propia voz palpitante.
Un montón de notas a pie de página,
sonidos de mar cristalino,
espejo de mis aventuras diurnas
y de todos los sueños
que me abrazan noche tras noche.
Águila de sal y plumas de bronce,
liviana, etérea,
gota de lluvia
que se expande
al rozar el frío suelo
de esta ciudad perdida,
que calientas con tu brisa.
Galope que vibra
y hace retumbar la tierra
que aún tienes que pisar;
caminos sin más brújula
que tu propio corazón libre.
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