jueves, 18 de enero de 2018

Mar bendito.








- Préstame tus ojos-
te rogué en silencio
desde mi vientre
cuando tus palabras
humildes, blancas,
atravesaron el cielo
como bengalas,
iluminando la noche.


Préstamelos
sólo por un instante,
que me encargaré de
hacerlo eterno en mi memoria,
como el niño cae hipnotizado
al escuchar su cuento favorito.


No lo sabes,
pero desde que aterrizaste
has plantado tu semilla de inocencia
en mis manos obreras,
y sólo pienso en desplegar alas
y volar en dirección
a tus cicatrices,
a tus costuras.


He vuelto a recordar
gracias a la sencillez
de tu boca trasparente
que mi credo es reconstruir el arte;
que vivo para conquistar el presente:


que 
creer 
es 
crear.








No hay comentarios:

Publicar un comentario