jueves, 5 de diciembre de 2019

Y llegaste. Y...









Siento que
las olas explotan a mis pies;
tú tarareas 
en la luz 
que se quiebra. 


Emerjo 
desnuda limpia nueva salada
como un beso
en medio de la siesta. 


Y la brisa va llevándose mis rizos, 
mis peligros, la zona de expansión 
de los demonios
que he ido alimentando. 



Las piedras reflejan la sombra
que me quito, y un pájaro, 
enorme como un llanto, 
se marcha hacia otra tierra 
que ya no seré yo.  












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