domingo, 30 de noviembre de 2014

Pequeña estampida.
















La miro.

Comparte sus cicatrices
con voz queda y feroz,
tan valiente y abierta
que escarba, con cada sílaba,
en el pecho, a mano izquierda,
junto al esternón.


Cierro los ojos.

Taladra mis pupilas con su luz,
y se aprecian mejor sus matices
con los párpados dormidos,
dejando así, que sus quejidos
sean la nana que me meza 
esa noche -y las que vendrán-.


La siento.

Como si sus heridas fueran las mías;
como si compartiésemos las costillas;
como si cada coma
y cada rima
fuese el resultado 
de tardes de juegos y risas;
como si la conociese desde niña.


Quiero.

Para ella,
un hoy lleno de arcoíris azules,
unas ventanas abiertas 
por donde la luz del arte 
la abrace y seque sus llagas,
un viento de cara que le pinte,
cada segundo, sonrisas fugaces
y pulmones libres de escarcha.


Ahí está.

Otra vez lo ha vuelto a hacer.
Me hace gigante cuando se expone
escudada en su pequeña figura de metal.
Me hace libre al exhalar la verdad
que compartimos,
que vivimos,
que tengo la suerte de probar.


Me hace yo.


Me hace creer.


Me regala segundos de vida
que multiplico por cada una
de sus líneas.


No dejes de crear(te).












sábado, 15 de noviembre de 2014

Todo va a cambiar.












Siempre dar,
sin pedir de vuelta.
Veintidós otoños regalándome
íntegramente honesta.
Si piensas que mi doctrina
es la equivocada,
puedes decirlo;
- si reír está permitido
en algún momento de este juego,
seré yo la última en hacerlo-. 





El amor es el viento 
que me sopla a ciegas
y empuja mis pasos;
la inercia impasible 
que conduce mis latidos;
el ritmo atronador
que dirige los vaivenes
del timón de mi vida.




Los pedidos ajenos
siempre llegan a tiempo
si soy yo el cartero 
que los entrega.
No acepto propinas,
exceptuando aquellas
con forma de sonrisas.



Soy mi propio reto,
un lienzo blanco,
una canción 
escrita a medias,
con la tinta que derrama
cada abrazo y cada espera.





Tengo tantas deudas 
pendientes por saldar
conmigo misma, 
que (calculo) me faltan 
siete vidas 
para pagarlas.





Pero hoy, 
he pedido un préstamo
a la valentía; 
y le repito
a esa imagen que me
devuelve el espejo
de la memoria,
que quiero empezar
a dejar para hoy
lo que era para mañana.














miércoles, 5 de noviembre de 2014

Reeducar.












Quiero reeducar a la distancia
y enseñarle que los kilómetros
no son una medida lógica
con la que separar cuerpos y almas.



Ser coleccionista de momentos,
absorber cada suspiro,
rezar para multiplicar los minutos,
hacerlos cuidadosamente eternos.



Aprender a que el tiempo
nos espere sentado
mientras brillamos
hasta quedarnos sin aliento.



Aullar a las aceras
y que nos abrace la noche,
mullida y espesa, sintiendo como
la juventud inunda nuestras arterias.



Fotografiar la libertad
escondida en los vagones
de un tren por coger,
distinto al de ayer.




Declarar la inmortalidad
como forma de vida.








lunes, 3 de noviembre de 2014

Fácil.







Me encanta
comprobar
la facilidad
con la que te cuelas
entre las grietas
de mis secretos.