sábado, 15 de noviembre de 2014

Todo va a cambiar.












Siempre dar,
sin pedir de vuelta.
Veintidós otoños regalándome
íntegramente honesta.
Si piensas que mi doctrina
es la equivocada,
puedes decirlo;
- si reír está permitido
en algún momento de este juego,
seré yo la última en hacerlo-. 





El amor es el viento 
que me sopla a ciegas
y empuja mis pasos;
la inercia impasible 
que conduce mis latidos;
el ritmo atronador
que dirige los vaivenes
del timón de mi vida.




Los pedidos ajenos
siempre llegan a tiempo
si soy yo el cartero 
que los entrega.
No acepto propinas,
exceptuando aquellas
con forma de sonrisas.



Soy mi propio reto,
un lienzo blanco,
una canción 
escrita a medias,
con la tinta que derrama
cada abrazo y cada espera.





Tengo tantas deudas 
pendientes por saldar
conmigo misma, 
que (calculo) me faltan 
siete vidas 
para pagarlas.





Pero hoy, 
he pedido un préstamo
a la valentía; 
y le repito
a esa imagen que me
devuelve el espejo
de la memoria,
que quiero empezar
a dejar para hoy
lo que era para mañana.














No hay comentarios:

Publicar un comentario